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miércoles, 7 de noviembre de 2018

¿Existe Dios? ¿Hay evidencia de la existencia de Dios? Pregunta: "¿Existe Dios? ¿Hay evidencia de la existencia de Dios?"

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¿Existe Dios? ¿Hay evidencia de la existencia de Dios?
Pregunta: "¿Existe Dios? ¿Hay evidencia de la existencia de Dios?"

Respuesta: La existencia de Dios no puede ser probada o desmentida. La Biblia dice que debemos aceptar por fe el hecho de que Dios existe, "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" (Hebreos 11:6). Si Dios así lo deseara, simplemente podría aparecer y demostrarle a todo el mundo que Él existe. Pero si lo hiciera, no habría necesidad de fe. "Jesús le dijo: porque me has visto, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron" (Juan 20:29).

Sin embargo, eso no significa que no hay evidencia de la existencia de Dios. La Biblia declara, "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras" (Salmos 19:1-4). Al mirar las estrellas, al entender la inmensidad del universo, al observar las maravillas de la naturaleza, al ver la belleza de la puesta del sol – vemos que todas ellas apuntan hacia un Dios Creador. Si esto no fuera suficiente, también hay evidencia de Dios en nuestros propios corazones. Eclesiastés 3:11 nos dice, "…y ha puesto eternidad en el corazón de los hombres…". Hay algo en lo profundo de nuestro ser, que reconoce que hay algo más allá de esta vida y alguien más allá de este mundo. Intelectualmente podemos negar este conocimiento, pero la presencia de Dios en nosotros y a nuestro alrededor, todavía está ahí. A pesar de esto, la Biblia nos advierte que algunos seguirán negando la existencia de Dios: "Dice el necio en su corazón: No hay Dios" (Salmos 14:1). Puesto que la gran mayoría de las personas a lo largo de la historia, en todas las culturas, en todas las civilizaciones y en todos los continentes, creen en la existencia de algún tipo de Dios, debe haber algo (o alguien) que cause esta creencia.

Además de los argumentos bíblicos para la existencia de Dios, hay argumentos lógicos. Primero, tenemos el argumento ontológico. La forma más popular del argumento ontológico, usa básicamente el concepto de Dios para probar Su existencia. Este comienza con la definición de Dios como "un ser que no puede ser comparado con otro que jamás se haya concebido". Entonces afirma que existir es mayor que no existir, y por tanto el mayor ser concebible debe existir. Si Dios no existió, entonces Dios no sería el mayor ser concebible – pero eso iría a contradecir la definición misma de Dios. El segundo es el argumento teológico. El argumento teológico dice que ya que el universo despliega tan maravilloso diseño, debe haber habido un diseñador Divino. Por ejemplo, aún si la tierra estuviera unos pocos cientos de millas más cerca o más lejos del sol, no sería capaz de mantener mucha de la vida como lo hace en la actualidad. Si los elementos en nuestra atmósfera fueran diferentes aún en un pequeño porcentaje, cada cosa viviente sobre la tierra moriría. Las probabilidades de una simple molécula de proteína formada por casualidad es 1 en 10 elevado a la potencia 243 (es decir, 10 seguido de 243 ceros). Una simple célula consta de millones de moléculas de proteína.

Un tercer argumento lógico para la existencia de Dios es el denominado argumento cosmológico. Cada efecto debe tener una causa. Este universo y todo lo que en él hay, es un efecto. Debe haber algo que causó que todo existiera. A la larga, debe haber algo "que no tuvo causa" a fin de provocar que todo lo demás exista. Ese algo "que no tuvo causa" es Dios.

Un cuarto argumento es conocido como el argumento moral. Cada cultura a través de la historia ha tenido alguna forma de ley. Todos tienen un sentido de lo correcto y lo erróneo. El asesinato, la mentira, el robo, y la inmoralidad son rechazados casi universalmente. ¿De dónde vino ese sentido de lo correcto y lo erróneo, sino de un Dios santo?

A pesar de todo esto, la Biblia nos dice que la gente va a rechazar el conocimiento claro e innegable de Dios, y en lugar de ello, creer una mentira. Romanos 1:25 declara, "Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén". La Biblia también proclama que la gente no tiene excusa para no creer en Dios, "Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa" (Romanos 1:20).

La gente afirma rechazar la existencia de Dios porque "no es científico" o "porque no hay pruebas". La razón verdadera es que una vez que la gente admite que hay un Dios, también deben darse cuenta de que son responsables ante Dios y que están necesitados de Su perdón (Romanos 3:23; 8:23). Si Dios existe, entonces somos responsables por nuestras acciones delante de Él. Si Dios no existe, entonces podemos hacer lo que queramos sin tener que preocuparnos porque Dios nos juzgue. Creo que esa es la razón por la que muchos que niegan la existencia de Dios, están tan fuertemente aferrados a la teoría de la evolución – para dar a la gente una alternativa de creer en un Dios Creador. Dios existe y a la larga todo el mundo sabe que Él existe. El hecho mismo de que algunos intenten tan agresivamente refutar Su existencia, es de hecho un argumento para Su existencia.

¿Cómo sabemos que existe Dios? Como cristianos, sabemos que Dios existe porque hablamos con Él todos los días. No lo escuchamos hablar con voz audible, pero sentimos Su presencia, sentimos Su guía, conocemos Su amor, anhelamos Su gracia. Han ocurrido cosas en nuestra vida que no tienen otra explicación posible sino Dios. Dios nos ha salvado tan milagrosamente y ha cambiado nuestras vidas, que no podemos sino reconocer y alabar Su existencia. Ninguno de estos argumentos en sí, pueden persuadir a alguien que rehúsa reconocer lo que es tan claro. Al final, la existencia de Dios debe ser aceptada por fe (Hebreos 11:6). La fe en Dios no es un salto ciego a la oscuridad; este es un paso seguro a una habitación bien iluminada en donde ya se encuentra la mayoría de la gente.

"VETERANOS DE LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO EN ARGENTINA (VGTA) "...ASESINATO DEL TENIENTE PRIMERO LUCIONE ABEL OSCAR...

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"ASÍ CUMPLIMOS CON EL JURAMENTO Y FUIMOS A COMBATIR AL TERRORISMO:"¿Juráis a la Patria seguir constantemente su bandera y defenderla hasta perder la vida?"...A LO QUE RESPONDIMOS SIN TITUBEAR: ¡¡¡¡ SI, JURO !!!.. " Marchad hacia la victoria con la protección de Dios, nuestro Señor, que pido para todos vosotros..."...Así, la Sra Presidenta de la Nación Argentina María Estela Martinez de Perón, nos mando a combatir al enemigo terrorista, a los enemigos de la Patria, los llamo "ateos, mercenarios, inhumanos y delirantes", también advirtió: " (...) nadie tiene derecho a sentirse ajeno o incrédulo. Y si así fuera, las jóvenes vidas de argentinos tronchadas resultarían un sacrificio estéril, un infame anatema sobre la conciencia de todos los argentinos. CUMPLIMOS CON EL MANDATO, CUMPLIMOS CON LA PATRIA, VENCIMOS EN EL CAMPO DE BATALLA AL ENEMIGO TERRORISTA, A LOS ASESINOS DE NIÑOS, A LOS ASESINOS DE LA POBLACIÓN CIVIL, A LOS ASESINOS DE HOMBRES VALIENTES DE TODAS LAS FUERZAS...Hoy, muchos de estos asesinos están en el EX-gobierno kirchnerista y desde las sombras disfrazados de demócratas imponen su venganza, pero del peso de sus crímenes no se podrán librar nunca, quizás puedan engañar a este pueblo que " hace como que no los conoce", pero ante los ojos de Dios, El Mas Grande no los podrán ocultar y a esto les deberán agregar "la solución final" bestial que se le están aplicando a los antiguos guerreros de la Patria, hoy ya ancianos sometidos a la cárcel, borrados sus derechos humanos. Pero les advierto, son guerreros de la Patria, podrán destruir sus cuerpos, pero no sus espíritus, porque debe entender el enemigo que estos hombres SON HOMBRES DE HONOR!!!!, y por último, hago mía las palabras de la Sra Presidenta de la Nación Argentina María Estela Martinez de Perón: "...nadie tiene derecho a sentirse ajeno o incrédulo. Y si así fuera, las jóvenes vidas de argentinos tronchadas resultarían un sacrificio estéril, un infame anatema sobre la conciencia de todos los argentinos"...

El Teniente Primero Oscar Abel Lucioni, nació el 10 de febrero de 1944 en la ciudad de Buenos Aires. Ingresó al Colegio Militar de la Nación en febrero de 1964, y egresó como Subteniente del arma de Caballería en diciembre de 1967. Prestó servicios en varias unidades del arma y en 1975 fue destinado a la Compañía Comando y Servicios del Estado Mayor General del Ejército, su último destino antes de su muerte. Fue ascendido post-mortem a Capitán, estaba casado con la señora Ana María Domínguez y era padre de tres hijos.
El 21 de Octubre de 1976, poco después de las 07:00 horas, el Teniente Primero Lucioni salió de su domicilio particular, próximo a las calles Zapiola y Mendoza, para dirigirse a su actividad diaria en el Estado Mayor General del Ejército. Luego de dejar el edificio donde vivía caminó pocos metros hasta llegar a su automóvil estacionado en la calle. Llegó hasta el coche y en el momento en que lo abría recibió el primero de los nueve impactos que acabaron con su vida.
Aunque el ataque se produjo por sorpresa y por la espalda, el Teniente Primero Lucioni alcanzó a empuñar su arma contra los subversivos que lo emboscaron. La reacción aceleró la fuga de los 6 atacantes y permitió que aún sangrante y desfalleciente, regresara hasta encontrar al encargado de su edificio a quien entregó su arma para que ésta no le fuera arrebatada. Seguidamente auxiliado por la rápida reacción de un joven vecino, fue llevado a un vehículo conducido por una mujer, al Hospital Pirovano desde donde más tarde fue trasladado al Hospital Militar.
El Teniente Primero Lucioni falleció a los nueve días del atentado, el día 30 de octubre a las 16:00 horas. El grupo paramilitar Montoneros se adjudicó el asesinato.


"Nosotros al verles, siempre diremos con admiración: He ahí; esos sellaron con su sangre y sus espadas la libertad de su patria y sus nombres irán de padres a hijos, de generación en generación.” Esta frase es de 1826, nunca mejor aplicada para recordar a Héroes del ayer.
Ese y no otro, es el Ejército de San Martín, Belgrano y Güemes. Recordarlos y homenajearlos no es un delito. Para ellos y para los Argentinos que murieron por la Patria, nuestro mas sincero homenaje.


"Lo demandó el honor y obedecieron,
lo requirió el deber y lo acataron;
con su sangre la empresa rubicaron
con su esfuerzo la Patria engrandecieron.


Fueron grandes y fuertes, porque fueron
fiieles al juramento que empeñaron.
Por eso como valientes lucharon,
y como héroes murieron.


No quisieron servir a otra Bandera,
no quisieron andar otro camino,
no supieron morir de otra manera."


Fuente: Comisión de Homenaje Permanente a los Muertos por la Subversión.


http://www.fotolog.com/ejercitonacional


http://www.facebook.com/EJERCITO.NACIONAL.ARG

"CUENTOS PARA LEER SIN RIMEL"...YA VENDIERON EL PIANO...Poldy Bird...

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Ya vendieron el piano



Poldy Bird









Los vi desde la ventanilla del tren y saqué medio cuerpo afuera para llamarlos. Papá tomó a mamá por un brazo y prácticamente la arrastró hasta llegar frente a mí. Yo miraba, asombrado, cómo había aumentado el volumen de su vientre desde que me marchara un mes atrás y Margarita, mi prima, que se había peinado unas veinte veces durante el viaje, me tironeó de la camisa gritándome que le ayudara con el bolso. Toda la gente está bajando, ¿pensás quedarte arriba del tren? Papá me arrebató el bolso en cuanto pisé la plataforma. Mamá me estrechó, como pudo, contra su pecho y los cuatro caminamos hacia la salida de la estación.



- ¿Lo pasaste bien, Pablito? ¿Cómo se portó el nene, Margarita? ¿Hizo rezongar mucho a la tía Carmen? ¿Todavía sigue en cama tío Miguel? ¿El médico piensa que tendrá para mucho? Cuánto te agradezco, querida, las molestias que te tomaste por Pablito. Pero si supieras qué trajín con todo lo que pasó y yo no me sentía muy bien. No sabes lo que te agradezco la ayuda que nos prestaste.

Mamá dijo todo esto, casi sin respirar, y Margarita le contestó de un tirón que yo me porté como un hombrecito, la tía Carmen encantada de tenerme allá, el tío Miguel todavía en cama y tenía para rato porque el médico le había ordenado reposo absoluto durante un mes más por lo menos.

Llegamos a casa a la hora de la cena; la mesa estaba puesta y en seguida de lavarnos las manos nos sentamos a comer.

Mamá se echó sobre el sillón de la salita diciendo que le dolían los riñones y le pidió a Tina, la muchacha, que le llevara la comida allí. Margarita ocupó la silla de mamá y entonces noté que el lugar del abuelo estaba vacío.

- ¿Y el abuelo? pregunté con sorpresa.


Los grandes se miraron entre sí y luego, lentamente y dando muchos rodeos, papá me comunicó que el abuelo se había ido de viaje, un largo viaje con destino al cielo o algo así.


Un largo viaje, abuelo. Y así supe que te habías muerto. Y de pronto me di cuenta de que todos estaban tristes y yo también.
- ¿La muerte es para siempre?

No me contestaron y no repetí la pregunta. Nadie comió esa noche.

Margarita se quedó en casa hasta que nació la nena. Roja y arrugada. La llamaron Mariana y me prohibieron levantarla de la cuna. Con el tiempo se volvió blanca y gorda y aprendió a decir algunas palabras, entre las que se encontraba mi nombre.

Fue entonces cuando pusieron una sillita alta en tu lugar, y desde allí Mariana, metía las manos en el puré, mientras mamá le daba de comer por cucharadas.

Ellos dejaron de nombrarte, abuelo. Pero yo me acordaba de vos. De tu cabeza canosa, de tu voz fuerte, del bonito reloj de bolsillo que se llevó tío Antonio, de tus cuentos de cacería con el imponente rifle que se llevó tío Juan. Papá hizo un atado con tu ropa y la mandó al Ejército de Salvación.

Un día al volver de la escuela, entré a tu cuarto, y en lugar de tu cama de bronce, me encontré con la cuna de Mariana y unas cortinas nuevas en la ventana. Unas cortinas con escarabajos verdes y flores anaranjadas.

Me daba rabia ver cómo te iban sacando de la casa que era tuya, que vos mismo mandaste construir; que se llenaba con tus rezongos cuando ponían alto el televisor y cuando te negabas a tomar los remedios que te recetó el médico, y cuando peleabas con mamá porque a ella le daba nauseas el olor del tabaco de tu pipa. (Ella la tiró a la basura, pero yo la recogí y la tengo guardada en la caja de los soldados de plástico).

La casa también se llenaba con tu música cuando tocabas el piano. Papá te decía que por qué no cambiabas, pero a mí me gustaban esas cosas antiguas que tocabas; especialmente la marcha esa de los aliados en la primera guerra.

Yo la tarareo cuando juego a los soldados y los indios y me imagino que me acompañás con el piano.

Te extraño, abuelo. Aunque me tirabas del pelo cuando hacía ruido para tomar la sopa y te quedabas dormido mientras jugábamos a las cartas.

Tengo ganas de verte, pero no sé dónde. Aquí en casa no, abuelo. Mejor no porque si vinieras sería un verdadero problema, no sabrían dónde meterte. No hay lugar para vos en casa. Se armaría un lío. Además, ya vendieron el piano.

Así sucedió en Roma en el año 590, cuando San Gregorio Magno, de la familia senatorial de la gens Anicia, fue elegido papa con el nombre de Gregorio I (540-604).

San Gregorio y el coronavirus de su tiempoRoberto de Matteipublicado el 28 febrero 2020 El coronavirus, también conocido como COVID-19 y cuy...

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