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viernes, 17 de agosto de 2018

" LA SANTA TRINIDAD Y UN SOLO DIOS"





LA TRINIDAD: Tres Personas Distintas son un solo y Único Dios Verdadero. Los cristianos verdaderos no creemos en tres dioses, sino en un Dios. No creemos en una sola persona, sino en Tres Personas, Dios el Padre, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, ellos TRES SON UN SOLO DIOS.

La palabra “trinidad” no aparece en la Biblia. Pero la doctrina de un Dios trino se ve claramente en la Biblia.

Hay dos cosas acerca de Dios que creemos con igual énfasis:
1. Hay un solo Dios.
2. Hay una trinidad de personalidades donde cada uno de los que la forman es Dios.

Estas dos realidades juntas justifican el título:
El Dios trino

1. Dios es uno
“Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es” (Marcos 12.29). Se escucha la voz de este mismo Dios en este versículo: “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más” (Isaías 45.22). Si hay algo claro en estas dos declaraciones es que hay solamente un Dios; no tres dioses, ni muchos dioses, sino un Dios. La teoría de la pluralidad de dioses pertenece a la idolatría. La doctrina de la trinidad se tuerce cuando abandonamos la idea de la unidad de Dios. Hay solamente un Dios y fuera de él no hay ningún otro. “Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Mateo 4.10).

2. Dios se manifiesta en tres personas
Sin embargo, este único Dios se manifiesta como tres personas distintas. En el bautismo de Jesús en el Río Jordán (Mateo 3) se nos presenta el Hijo, bautizado en el río; el Espíritu Santo, apareciendo en la forma corporal de una paloma; y el Padre, que dice desde el cielo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.

La trinidad se hace evidente en lo que nuestro Señor dice: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas” (Juan 14.26).
Otra vez, la trinidad puede apreciarse en el mandamiento de bautizar “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
La Biblia nos enseña que cada una de estas tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es Dios. El unitario y el trinitario radical se niegan a reconocer que el Hijo y el Espíritu Santo son Dios mismo.

El Padre es Dios

Jesús reconoce que el Padre es Dios cuando él dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito” (Juan 3.16). Pedro también reconoce que Dios es el Padre cuando dice: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer” (1 Pedro 1.3). Pablo igualmente le da el mismo reconocimiento, diciendo: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación” (2 Corintios 1.3). Cada una de estas declaraciones da al Padre la distinción de ser el Dios verdadero.

El Hijo es Dios
Isaías escribió: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado (...); y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9.6). Pablo, hablando del reconocimiento que el Padre dio a su Hijo, dice: “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo” (Hebreos 1.8). Lea también Juan 20.28, Romanos 9.5 y Tito 2.13. Estos versículos se refieren a Jesucristo como “Dios”. Además, otros pasajes bíblicos otorgan atributos divinos a Jesús.

El Espíritu Santo es Dios
Cuando Cristo mandó a los apóstoles a bautizar “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, él reconoció al Espíritu Santo como uno de igual importancia a él mismo y al Padre. Otro ejemplo de esto se encuentra en la manera en que Pedro habló a Ananías. Pedro preguntó a Ananías: “¿Por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo?” Y casi inmediatamente declaró: “no has mentido a los hombres, sino a Dios” (Hechos 5.3–4). De esta forma él dio a entender claramente que Dios y el Espíritu Santo es el mismo ser.

De manera que por el hecho de que el hombre no comprenda la trinidad no demuestra que la misma sea una doctrina falsa. Si los caminos de Dios son “inescrutables” queda muy claro que su existencia también lo es....
¡Tú, bendito Dios! Tú, que eres el Creador y Preservador de todas las cosas, el Rey de reyes y Señor de señores, el gobernador del cielo y de la tierra, el tres en uno y el uno en tres; que todo el mundo tema delante de ti, contemplando la “bondad y la severidad de Dios” (Romanos 11.22) aun en esta vida y que todos ofrezcan la gratitud de sus corazones como el sacrificio más aceptable a ti, Padre santo, Hijo santo, Espíritu Santo, Señor Dios Todopoderoso.

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